jueves, 2 de diciembre de 2010

un paréntesis para el ánimo.

Cuando se trata de mejorar todo parece complicado.
(Hablamos de todos los casos: desde el simple contenerse
de comerse un pequeño pedazo de dulce con azúcar hasta
dejar a adicción a la morfina, por irnos de un lado al otro).

(Incluso la misma idea de conocer a Dios sería más fácil de asimilar
si no viéramos detrás de eso, un horrible panorama de perder
lo que nos gusta).

Sin embargo, hay una forma en que todo puede ser más fluido:
Se trata de aceptar que nuestra versión de placer quizás sea
sólo eso nuestra versión y que de hecho es limitada y solamente
en un nivel, que pueden (tal vez, de pronto) haber mejores niveles...
placeres de otra naturaleza...
Si dejamos que esa útil duda sobre nuestra propia versión del placer, se cuele en
nuestro sistema mental con fuerza y avanzamos con paciencia creo que todo pasará,
si Dios quiere.

(Satyam Sivam Sundaran, así describen algunas personas que han
estudiado este asunto, el fenómeno en cuestión: Y eso traduce,
la verdad es siempre hermosa y auspiciosa).
"Mejorar" siempre tiene que aumentar el placer, así no parezca, men.

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