El ejercico apocalíptico no es malo en todos
los casos. Tomarse cada momento como el último
porque se viene el Tsunami... no es del todo
loco, si tenemos en cuenta que de hecho
uno se muere de repente: No nos pueden acusar
de extremistas cuando la vida misma pone
su cuota de extremismo, hay que salirle al
paso a la situa, como quien dice.
Claro, hay interprataciones bien particulares
del tema como el conocido caso del supuesto
religioso de Estados Unidos, Jim Jones que
llevó a sus seguidores, unos 900, a cometer
suicidio colectivo porque venia el fin del mundo;
de eso a hace como 40 años y nada, nada de naves
gigantes y aquí vamos...
El sano ejercicio apocalítico consiste
en la clásica pregunta de qué salvaríamos
en caso de incendio, qué libros nos gustaría
tener con nosotros si naufragaramos, y otras,
que sirven para saber qué es lo
importante por encima de tanto ruido.
Podemos hacer el ejercicio de forma
colectiva (nada que ver con Jones, ojo) y pensar
a quién salvariamos y a quién dejaríamos arder
en el olvido de la historia. Propongo aquí
un ejemplo concreto: Hello Kitty Vs Mafalda.
No nos gusta fomentar las peleas gratis,
no es por ponermos pesados y nada tenemos en contra
de los gatos ni de ningún otro animal, faltaba más;
pero elegir entre estos dos es algo que
con el poco tiempo y presupuesto que tenemos
se hace necesario, hay un incendio señores.
Los datos: Hello Kitty tiene su propio parque
temático el Sanrio Puro Land y deja ganancias
de millones de euros al año y además aparece en
los puestos de revistas de mundo con libros
para colorear; Mafalda, compite con
ella en los mismo puestos de revista, pero
sabe que hay cosas que merecen pintarlas de negro,
(al mejor estilo Rolling stone) y por su lado conserva una
placa en donde "vivió" en el 371 de San Telmo en
Buenos Aires.
Fue bueno pasar por ahí, no hay parque temático
que se le compare.
Más niños y grandes leyendo a Mafalda y menos
llaveritos y carteritas es lo que necesitamos
en estos tiempors de alarma de maremoto constante.
Me gusta ☻☺
ResponderEliminar