miércoles, 30 de noviembre de 2011

Oki House, house, house.

La historia es una cosa rara. Un muchacho decide poner una bomba y muy tranquilamente se monta en su bicicleta y se dirige a la estación de policía más cercana para volarla; al pasar por un policía acostado la bicicleta salta y ¡Boom!, todo explota. Es la supuesta historia que dio lugar al "Caso Bombas" en Chile, que sirvió para allanar casas de okupas, hacer detenciones y etc. Al final menos lugares donde sorber un poco de conciencia y menos gente que ejerce con libertad su derecho a Okupar.
Cosas que pasan en Chile. Pero no todo es así. Faltaba más. Hoy, años después, más tranqui y amigable que nunca, sin ser okupas, Oki House abre sus puertas. Entragas de buena música, inofensivos tatuajes, nada de muertos en la comida y nada que altere el orden público, oh, no. Acá solo te invitan a montarte en la bicicleta de tu propia conciencia y salir a dar una vuelta con ellos... algo puede pasar.

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